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El Punto de Vista

David Waters

¿Cómo tomas tu liderazgo?

21/5/2018

 
l siguiente articulo fue escrito por Carey Nieuwhof y traducido por un servidor. Habla en términos prácticos de uno de los problemas más básicos de un líder cristiano. Tomar tu liderazgo personalmente en vez de seriamente. Gracias a Carey por compartir estos excelentes puntos.

5 razones por las que deberías dejar de tomar el liderazgo tan personalmente...

Uno de los problemas con los que luché durante años en el liderazgo fue tomar cada triunfo de liderazgo o cada derrota de liderazgo como algo personal. Dejaba que la dinámica del liderazgo subiese a mi cabeza y a mi corazón con demasiada frecuencia. Mi espíritu volaba cuando las cosas eran buenas en el ministerio. Se hundía cuando las cosas no eran buenas. Llevé demasiadas cargas a mi casa. Bueno, no solo a casa. Me seguían a todas partes. Con el tiempo, aprendí que hay una gran diferencia entre tomar en serio el liderazgo y tomarlo como algo personal. Los líderes siempre deben tomar el liderazgo en serio. El liderazgo exige lo mejor de nosotros y debemos darlo…todos los días. Pero tomarlo demasiado personal crea el efecto de una montaña rusa emocional que se extiende por toda tu vida. Cuando tomas el liderazgo en serio, todos ganan. Cuando lo tomas personalmente, casi todos pierden. 

Aquí hay 5 razones por las que debes dejar de tomar el liderazgo tan personalmente. Hay un mundo de diferencia entre tomar en serio el liderazgo y tomar el liderazgo personalmente.
  1. Estás arruinando tu cabeza y tu corazón.  Si te tomas las cosas como algo personal, creas una montaña rusa emocional en la cual nadie te quiere acompañar. Como ha señalado Tim Keller, ‘si dejas que el éxito vaya a tu cabeza, el fracaso irá a tu corazón’. Y eso es exactamente lo que sucede cuando personalizas excesivamente tu liderazgo. Si dejas que el éxito vaya a tu cabeza, el fracaso irá a tu corazón.  Tu cabeza nunca está del todo bien cuando las cosas van bien, porque tomas crédito por cosas que quizás pertenecen correctamente a Dios o a la contribución de otros. O comienzas a creer que tu eres todo para lo que lideras. Por lo contrario, cuando fallas, te vuelves completamente desinflado, convencido de que Dios no puede hacer nada contigo o a través de ti. Caes en la desesperación. La realidad es que no eres tan bueno como tu mejor día o casi tan malo como tu peor. Los líderes sanos saben cómo separar lo que hacen de quiénes son, lo que nos lleva a la segunda razón por la que debes dejar de tomar tu liderazgo tan personalmente.
  2. Estás confundiendo quién eres con lo que haces. Demasiados líderes confunden quiénes son con lo que hacen. Gran error. Todos sabemos que se supone que no debemos confundir nuestra identidad con nuestro trabajo, pero casi todos lo hacemos. Tú no eres lo que haces. Escucha esto: Eres amado. Estas perdonado. Eres querido. Nada de esto tiene algo que ver con lo que has hecho y tiene todo que ver con lo que Cristo ha hecho por ti. Eso es el Evangelio. El error al confundir quién eres con lo que haces surge del hecho de que piensas que eres amado, perdonado y celebrado porque hiciste lo mejor que pudiste. Quienes entienden el cristianismo saben que lo opuesto es verdad: Haces lo mejor porque eres amado, perdonado y querido. ¿Ves como funciona? No haces tu mejor esfuerzo para ganar el favor de Dios. Haces lo mejor porque tienes el favor de Dios. Pasa un día pensando y orando por eso. En serio, haz un retiro personal con ese único pensamiento. Cambiará profundamente cómo lideras.
  3. Estás insistiendo demasiado en lo importante que eres. En el corazón de la personalización excesiva del liderazgo está este problema: inconscientemente has hecho que todo sea acerca de ti. De todos los versículos de las Escrituras que me detienen en seco, este versiculo de Gálatas 6 es uno de los mejores: Porque si alguien estima que es algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña. Gálatas 6: 3 (RVA) Simplemente no eres tan importante. Como dijo C. S. Lewis, ‘la humildad no es pensar menos en ti mismo. Es simplemente pensar en ti mismo con menos frecuencia’. Cuando tú y yo nos hayamos ido de este mundo, el mundo seguirá girando. El Reino de Dios seguirá avanzando. De alguna manera no se trata de mí. Nunca lo fue. Nunca lo será. Solo tengo que jugar un papel.
  4. Estás dejando que tus sentimientos personales dicten el futuro de tu organización. Como va el líder, así va el equipo. Si tu fortuna personal sube y baja con tu organización, eventualmente no solo te impacta a ti; impacta la organización ¿Cómo? Porque cuando bajas, entonces, eventualmente, tu organización baja. Cuando sufres, tu organización experimenta el impacto de tus disfunciones. Un mal momento puede convertirse en una mala temporada, porque tu reacción a lo que sucede desencadena el próximo acontecimiento. Digamos que el mes pasado fue un mal mes en tu organización por una variedad de razones. Si personalizas esos fallos, los resultados del mes pasado harán de este mes un mal mes para ti. Y si tiene un mal mes este mes, es bastante probable que el próximo mes sea un mal mes para tu organización porque simplemente no has logrado sacar a tu equipo de la recesión (porque todavía están en él). Lo que podría haber sido un problema pequeño en tu radar (un mes malo) puede convertirse fácilmente en un desliz hacia un trimestre malo o incluso un año malo. ¿Y quién necesita eso?
  5. Estás arruinando el resto de tu vida. Sé que el liderazgo trae un peso que solo los líderes entienden. Y para ser sincero, todavía me cuesta mucho no pensar en lo que hago. Amo lo que hago y lo pienso mucho. Pero fue mucho peor cuando tomé mis altibajos en el liderazgo personalmente. ¿Por qué? Porque los días malos vendrían a casa conmigo. Siempre. Cuando tu éxito llega a tu cabeza y tus fallos llega a tu corazón, siempre los llevas a casa. Las personas que te aman pagarán un precio por esto. Serás arrogante o hosco ... confundido por qué no eres el héroe en casa, estás en el trabajo o, en tus días malos, resentido porque tus familiares y amigos no quieran unirse a tu miseria. Las personas en tu vida que te quieren de verdad no te quieren por lo que hiciste en el trabajo. Ellos simplemente te quieren. Entonces deja de arruinar sus vidas. Y la tuya también.
​
Espero que este artículo te ayude a no tomar tu liderazgo personalmente pero si a tomarlo seriamente. 

Hasta el lunes que viene, 

David Waters

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